Desde pequeña tenía el sueño de ser maestra y a pesar de los retos que implicó vivir con esta condición, poco a poco fue saliendo adelante y se graduó en 2007 como profesora de preescolar en Argentina de Córdoba.

En 2012 se incorporó a un Jardín Maternal como encargada del programa de estimulación temprana a la lectura y desde ahí su vida dio un gran cambio.

“Tiene todas las características que tiene que tener un docente: cariñosa, expresiva, tiene una capacidad amorosa única. El ejercicio de estar con ella genera un clima de trabajo totalmente distendido”, dijo María Alejandra Senestrari, directora del Jardín Capullitos.

En 2016  firmó su primer contrato como educadora de niños de dos años, convirtiéndose en la primera maestra con síndrome de Down.

Los niños, los padres y colegas han estado muy entusiasmados con su trabajo y en repetidas ocasiones han destacado a Noelia como un ser sobresaliente que brilla y tiene un optimismo a prueba de prejuicio.

A pesar de muchos argumentos respecto a su profesión y a una reflexión profunda que llevó a cabo su comunidad, el alcalde concluyó que el trabajo de Noelia podía dignificarse como cualquier otro y con el tiempo, todos aquellos que resistían se sumaron a la iniciativa para integrarla como docente.

Susana Zerdan, directora de Jeromito, sostiene “que ha sido una experiencia única en el equipo. La integración y la naturalización con las que la asumen los chicos para nosotros ya es una enseñanza de vida”.

La vida de Nora continua dando lo mejor de sí dentro de aulas en donde comparte con niños pequeños miles de enseñanzas, desde entonces y en la actualidad uno de sus grandes sueños es “que todos los chicos especiales luchen, puedan estudiar y trabajar, y que la gente le dé oportunidades para trabajar, estudiar y en el amor también”.