Desde que el hombre llega al mundo, el juego hace parte de su desarrollo y a través de él aprende de su entorno y de la forma para actuar. Sin lugar a dudas, en los primeros años de vida, de 0 a 5, las actividades lúdicas o el juego son primordiales para los niños, pues les permite aprender y relacionarse con pares y mayores.

El objetivo del juego en esa primera infancia es, en gran medida, prepararlos para la enseñanza primaria, y así lo indican organismos como la Unesco, la Unicef, el Banco Mundial, ONU Mujeres y otros, que dan al juego la relevancia de propiciador del aprendizaje.

Esto implica que los docentes, por medio del juego, transmitan a sus alumnos nuevos conocimientos encaminados a la lectoescritura y al desarrollo de habilidades, valores y actitudes que fortalezcan su formación integral.

Desde los primeros años

Para María Isabel Bermeo, docente de la Escuela de Psicología de la Universidad de Las Américas (UDLA), desde los 0 a los 3 años es necesario desarrollar la parte holística, emocional y cognitiva. Esto no se logra si el niño permanece en un espacio cerrado o dentro del aula. Al contrario, se logra con el movimiento, llevándolo al zoológico, visitas a bibliotecas y más. Así ganará experiencias.

Por su parte, Melsenda Yánez, quien trabaja con pequeños de 5 años indica que el desarrollo de las destrezas del infante y su preparación para el futuro se dan a través de ese primer contacto que ellos tienen con lo que los rodea y una forma eficaz de comunicación es el juego.

La importancia de la educación inicial radica en darles herramientas para que se defiendan en el futuro. Dentro de ese proceso, la cercanía del docente con el pequeño es muy importante y el juego es un aliado para romper barreras y que el adulto pueda llegar con información al pequeño.

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Relacionamiento a partir del juego

Cuando se juegue con los niños o después de que ellos lo hagan, es bueno que profesores, padres o cuidadores establezcan un diálogo para afianzar la experiencia y los conocimientos. Una buena forma de hacerlo es a través de ciertas preguntas abiertas, con las que los invites a contar y explicar lo que hacen.

Por ejemplo: ¿cómo lograste construir ese puente tan largo? ¿me cuentas qué escribiste aquí? Comentarios y preguntas que los inviten a realizar nuevas actividades y a descubrir nuevos usos para los materiales disponibles: ¿qué crees que podríamos armar con estas cajitas? ¿para qué nos sirven estas prendas de ropa, de qué nos podríamos disfrazar?

En el proceso, todo medio de juego es viable para aprender como la dramatización, los roles de grupo, los deportes, las experiencias, crear situaciones, esto ayuda a que adquieran nuevo vocabulario, con lo que los niños ponen en práctica palabras desconocidas y expresan sus ideas.

También puedes promover espacios de discusión, al final de las jornadas escolares, para que comenten sus experiencias y expliquen a sus compañeros lo que hicieron en el día o sus proyectos, esto les apoya en la adquisición de conocimientos y en sus relaciones interpersonales.