Las provincias con mayores daños fueron La Habana, con 123; Villa Clara, 49; Camagüey y Matanzas, ambas con 13; Mayabeque, cinco; y Sancti Spíritus con tres, precisó.
Aunque son cuantiosos los que se vieron afectados, se aplicó la estrategia de reubicar en círculos infantiles cercanos a los niños y el personal docente encargado de atenderlos.
No obstante, hubo comunidades en las que ello no fue posible debido a que había solo uno, como el municipio de Esmeralda, en Camagüey, y en esos casos se potenció el programa Educa a tu hijo, mediante el cual se les dan orientaciones a las familias para que puedan trabajar con sus pequeños, explicó.
Subrayó la funcionaria que aunque La Habana fue la provincia más perjudicada, solo quedan tres instituciones sin funcionar, en los municipios de Arroyo Naranjo y Diez de Octubre.
Gallo mencionó que los principales daños se dieron en general por la caída de árboles, perjuicios a la carpintería en puertas y ventanas, cisternas contaminadas y problemas en los techos.
También destacó que, aun cuando se le ha dado gran atención a los diferentes niveles educativos, la primera infancia tuvo prioridad por el MINED y los gobiernos provinciales, quienes impulsaron la reparación y mantenimiento de los centros.
La directiva evaluó de muy rápida la recuperación, y señaló que eso fue posible gracias a la participación de los trabajadores, la familia, los órganos locales del Poder Popular y la comunidad.
Cuba cuenta con mil 120 círculos infantiles, y de ellos 377 están ubicados en la capital.
La Educación Preescolar comprende a los círculos infantiles, los grados preescolares de escuelas primarias y el programa Educa a tu hijo.